Vivir en democracia

Vivir en democracia es una de las más hermosas oportunidades que tenemos los seres humanos. Hay que aprender a vivir en democracia. A soñar. A conocer lo maravillosa que es la vida. A disfrutarla a plenitud. Porque en definitiva, es la oportunidad que tenemos para compartir con los amigos, con las compañeras, con los colegas. Para estudiar. Para hacer política. Para bailar. Para reír. Para luchar por los ideales en los que creemos, aunque sean utopías. Para rebelarnos. Para emocionarnos.

En los últimos meses he vivido intensamente haciendo política. Hacer política diferente, en cada hecho, en cada accion, en cada tarea, en cada compromiso, como nos lo planteamos en el Congreso APD 2007.

Los debates, las ideas, las reflexiones, las diferencias han sido ricas.

He reafirmado la importancia que tiene escuchar a la gente. De que el primer turno a la palabra lo tenga el pueblo, fue una frase que nos inspiró y nos hizo avanzar. Nos guió y permitió motivar a que el Congreso APD 2007, fuera abierto, participativo, plural.

Hace poco tuve la oportunidad de vivir una de las experiencias más hermosas de mi vida. Participar de la elección a la Secretaria General de la Alianza por la Democracia, en un proceso en el cual la democracia electoral, en un partido con poca experiencia era el reto más importante que teníamos como organización colectiva e individualmente.

Elegir y ser elegido es en la APD uno de los derechos que se adquieren cuando una persona decide voluntariamente integrarse a la APD. Ser miembro asumir a plenitud los derechos y deberes en la organización es la categoría fundamental que nos permite asumir las máximas responsabilidades en la APD.

Cuando se pierde en una competencia, la regla es que el que pierde este triste. Nadie se imaginaría que al perder una elección, se podía sentir tanta paz, tranquilidad y serenidad conmigo misma, con la gente que me apoyó, con mis padres, con mis hijos, mi familia y sobre todo con los compañeros y compañeras con los que comparto la militancia en la APD.

Sentir que lo más importante había sido participar apegada a los principios que aprendí en mi hogar, en la escuela, en la relación con las organizaciones sociales y comunitarias, así como en mi vida política en la Alianza por la Democracia

Perder con dignidad. Aceptar que los resultados electorales eran la expresión de cada militante con derecho a votar. Ha sido la experiencia más maravillosa que he tenido en los últimos tiempos. Aceptar los resultados válidamente, tal como si hubiese triunfado me reafirman en mi convicción de que lo más importante es el futuro del país y particularmente el de aquellos y aquellas que se encuentran excluidos de los beneficios y del progreso social.

Reafirmo mi compromiso de participar en la profundización del proceso de construcción de una organización, como la APD, en la cual, el respeto a la institucionalidad democrática (reglas claras y cultura democrática), deberá ser el norte que guíe el desarrollo de una organización comprometida con la implementación de una democracia integral en la República Dominicana y en el mundo. Vale decir, una democracia, no solamente, en lo político e institucional, sino también, una democracia que se exprese en lo económico, en lo social, en lo ambiental y en el rescate profundo de la cultura del pueblo dominicano.

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